Las tecnologías inalámbricas son la principal vía de acceso a la conectividad de Internet para muchas personas en todo el mundo, y particularmente en los países latinoamericanos. En este sentido, la iniciativa anunciada por el Gobierno argentino según distintos reportes periodísticos es positiva, en la medida en que contribuya a la actualización del parque de dispositivos tecnológicos, permitiendo que más gente tenga acceso a Internet de alta velocidad y todos los beneficios que ello conlleva.
Asimismo, la migración del tráfico de redes de segunda generación (2G) a redes de tecnologías más eficientes en el uso del espectro radioeléctrico, como lo son HSPA+ y LTE, ayudaría a disminuir las posibilidades de congestión en la red, lo que redundaría en una mejora para la experiencia del usuario.
Otra ventaja de modernizar el parque de terminales es que se liberaría paulatinamente el espectro que se utiliza para 2G, permitiendo en el mediano plazo la posibilidad de emplearlo en el despliegue de redes de banda ancha móvil con tecnologías más avanzadas.
Argentina es uno de los mercados latinoamericanos de más rápido crecimiento en tecnología LTE, de acuerdo con datos estadísticos de diversas consultoras privadas. La tecnología LTE fue implementada en el país recién en 2014 y a fines de 2015, Argentina alcanzó una penetración estimada de 10,4 por ciento de esta tecnología, en el quinto puesto de América Latina y por encima del promedio de la región, que era de 8,9 por ciento.
No hay que olvidar que la banda ancha inalámbrica tiene tres componentes principales, que son la infraestructura de red, los servicios y los dispositivos de acceso, ya sean celulares, tabletas o computadoras. Si no hay dispositivos que puedan conectarse a la red, los servicios no pueden ser utilizados por las personas.
Es importante también recordar que los teléfonos móviles no son hoy en día únicamente dispositivos para llamadas telefónicas y entretenimiento. Las capacidades de los teléfonos inteligentes, junto con la conectividad de alta velocidad, permiten acceder a muchas aplicaciones y servicios que van más allá. Sus posibilidades hoy en día abarcan, además del acceso a información útil, la posibilidad de realizar cursos educativos y de formación, herramientas de trabajo, y aplicaciones de telesalud, entre muchos otros beneficios. En este sentido, ampliar las posibilidades de acceso a las personas mediante dispositivos más avanzados es una manera de fomentar la inclusión digital.
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