De cómo un vivo se hunde y nos arrastra a todos

La negación obcecada del matrimonio no ha servido, no sirve, ni servirá, para amortiguar el impacto que tuvo, tiene y tendrá la crisis internacional.

Tampoco sirve la visión turbada del dueto K para ocultar, y mucho menos superar la crisis evidente de gobernabilidad que sufrimos los argentinos por sus errores.

Estos dos temas centrales, cuestión de la que depende la suerte de 40 millones de almas en los próximos años, se resuelven con inteligencia, no con "viveza criolla". Se deben abordar con visión estratégica, preparando y ejecutando acciones pensadas con la mirada en el corto, mediano y largo plazo. No sirve jugar con gambeta corta..

Ejemplo monumental de "viveza" es el manejo del INDEC, de gambeta corta la Resolución 125

Por supuesto que de las dos conductas él y ella nos entregan todos los días inconvenientes dosis para nuestro destino como país.

Anuncios improvisados de obras que nunca se ejecutarán, de planes y programas para estimular sectores económicos que ni siquiera están prolijamente redactados, más allá de su dudosa viabilidad.

Convocatorias amañadas y engañosas al campo u otros sectores para redactar acuerdos que después no se cumplen.

Poses dialoguistas seguidas por discursos agresivos y persecuciones.

Volviendo al principio, de no necesitar "plan B" pasamos a mentar que se nos caen encima los pedazos de un mundo que se destroza.

De estar fuertes, en condiciones de gobernar y desafiar a los opositores a no adelantar los turnos electorales, a convocar de apuro para anticiparlas cuatro meses, rompiendo los moldes institucionales y los mínimos niveles de consenso, necesarios para una buena gobernabilidad, sobre todo en tiempos de crisis.

Como se puede apreciar, por un lado perdimos tiempo para analizar y evaluar la crisis, para tomar medidas a partir de un buen diagnóstico contemplando el contexto. Nos condenamos a la gambeta corta.

Por otra parte el adelantamiento de las elecciones, una típica viveza criolla, seguramente no evitará que los K sufran una derrota electoral. Lo más probable es que logren la unificación de las derrotas y profundicen los problemas de gobernabilidad.

Suponiendo que se verifiquen los mejores cálculos del oficialismo, Kirchner obtendría el 35% de los votos en Buenos Aires, con esto sería la primera minoría en la Provincia. Lo que no ocultaría la baja de por lo menos 11 puntos respecto del resultado de Kristina en 2007.

Tampoco este resultado ocultaría las derrotas en Santa Fe, Córdoba, Ciudad Autónoma, Mendoza, San Luis, Tucumán y otras provincias. En algunas como se sabe a pesar de ganar el Justicialismo perderá el Kirchnerismo, construcción política vertical y personalista conducida por Néstor Kirchner e integrada sólo por aquellos capaces de actuar siempre con ciega obediencia.

En el plano de la gobernabilidad este adelantamiento complicará el funcionamiento y armado de todas las fuerzas políticas, agregando turbulencias al funcionamiento de los distintos estamentos de gobierno, ejecutivos y legislativos en todos los niveles.

Seguramente los resultados confirmarán los problemas de legitimidad de ejercicio que tiene la Presidenta, generados por la desconfianza que signa su relación con la sociedad.

Está descontado que se alterará la integración de ambas Cámaras del Parlamento en detrimento del oficialismo. Como consecuencia, entre el 29 de Junio y el 10 de Diciembre tendremos un Congreso que no reflejará la voluntad popular y un gobierno que apostó todo a una jugada casi suicida. Justamente cuando según se prevé las consecuencias de la crisis internacional más se harán sentir.

Como podemos ver, la viveza no ayudará al vivo y complicará al conjunto.


Fuente: Marcelo Elias